Coy D. Roper guía al lector a lo largo de los últimos libros del Antiguo Testamento, que relatan lo que sucedió entre el pueblo de Dios después de su regreso del cautiverio babilónico. Si bien Zacarías y Hageo tuvieron el desafío de alentar a los judíos a reconstruir el templo, Malaquías enfrentó la responsabilidad de advertirles sobre sus pecados de indiferencia y también advertirles de un día de juicio que se avecinaba. Estos profetas post-exílicos esperaban una nueva era en la historia, cuando las profecías de Dios se cumplirían en el advenimiento del Mesías.

Sin embargo, después de estos días de Malaquías, el mundo tendría que esperar cuatrocientos años para la llegada de Cristo. Este período está ausente de las Escrituras (excepto en las profecías de Daniel), pero las fuentes seculares son bastante reveladoras con respecto a los líderes, las guerras y la intriga política de esos días. El gobierno de Alejandro Magno, los ptolomeos, los seléucidas, los macabeos y los romanos reflejan la providencia de Dios al hacer los preparativos finales para que el mundo recibiera Su mensaje de salvación.